El aceite de ricino lubrica y nutre la piel, las uñas y el cabello.
Ayuda a promover la producción de colágeno y elastina, contribuyendo a una piel más tersa y suave.
El uso medicinal y terapéutico del aceite de ricino no es nuevo y es una sustancia bien conocida entre la comunidad de terapias naturales. Sus efectos laxantes, lubricantes y antioxidantes se conocen desde el antiguo Egipto.
Los componentes del aceite de ricino tienen propiedades desinfectantes, que son muy beneficiosas para tratar diversas enfermedades de la piel causadas por infecciones bacterianas o fúngicas (úlceras cutáneas, micosis, picores, erupciones, verrugas, etc.).
Tiene un efecto hidratante sobre la piel seca. Por eso puede utilizarse para tratar las grietas de los tobillos o los pies. También puede utilizarse para eliminar las arrugas alrededor de los ojos. También está indicado para el crecimiento y fortalecimiento del cabello.
Presentación:
Envase de 140gr.
Posología y administración:
Humedece el jabón con agua y extiende la espuma por todo el cuerpo, excepto los ojos y la boca.
Uso externo diario.